…Y cuando creía que no me iba a enamorar tan rápido de alguien, pasó. Es decir: No hace tanto terminé con el anterior, y si bien tuve mi descanso, ahora encontré a éste, a él.
Hace poquito que estamos saliendo, y me siento como en mi pre adolescencia, eso de hacer manito y el “Te quiero” y el caminar como mirando vidrieras por la calle.
Yo que sé, soy partidaria de que el amor te vuelve benéficamente estúpido, y ahora estoy casi que con los arcoiris y los unicornios (hasta tal punto estoy metida que parezco como si tuviera alzeihmer, me voy olvidando de las cosas).
Los pajaritos en la cabeza me tienen mal: mi mejor amigo empezó a correrme con una alpargata por la azotea de mi casa gritándome “¡¡¡Devolveme a Inés!!! ¿Qué hiciste con Inés?” porque me agarró lavando, cocinando y cosiendo, cosas que jamás en la vida haría por mí misma sin ser por coacción.
Y si, si entre los dos empalagamos a medio Uruguay, aquéllo parece un derroche incesante de miel. Pero ta, yo que sé, mientras no pierda mi sentido ácido del humor ta todo bien.