09 septiembre 2009

Naif

De alguna extraña manera, estoy con la sensación de que fui levemente, o más bien, parcialmente engañada.

Me explico.

Con mi novio, al cual amo mucho, tenemos una relación muy buena. Muy buena en el sentido de que somos buenos amigos, y además que en el terreno amoroso nos llevamos muy bien. Desde el inicio fue así, o siempre creí o que era así, aunque siempre mi novio querido es cachondón, porque sí, porque lo es.

Pero siempre fue muy dedicado, muy amoroso, atento, observador, cariñoso, en fin, tiene un montón de virtudes en las cuales no me voy a detener demasiado.

Hago aquí un pequeño paréntesis para que se entienda por qué me voy a quejar, o más bien me tiene un poco triste.

En todas mis relaciones anteriores a ésta sufrí algún tipo de engaño, desde las famosas guampas, hasta mentiras y otro montón de cosas que no voy a nombrar para no amargarme más. Entonces siempre tuve un problema y un defecto juntos: No confío fácilmente, y me enamoro muy fácilmente. Me pasa que me cuesta abrirme muchísimo a las personas porque siempre tengo latente un miedo interior que me dice que voy a ser engañada/hay probabilidades de que salga lastimada cuanto más me abro.

Y a la vez, me enamoré, como todas las 18 veces anteriores, y a veces pienso que no pienso con mi cabeza, sino con mi corazón. No es fácil de describir que muchas veces me la juego más por lo que siento que por mi capacidad lógica de razonamiento. También se que lo que siento por él es verdadero, confío más en él que en cualquier otra persona porque me ha demostrado que es digno de mi confianza (aunque yo estoy segura que no puedo ser digna de la confianza de él, excepto para ciertos hechos fácticos, como que nunca lo voy a cagar, porque soy más leal que un perro).

Habiendo cerrado ese paréntesis, me paso a explayar sobre los hechos de anteayer, ayer y hoy.

Anteayer (bah, el 7) cumplíamos diez meses de noviazgo. Diez meses para mí es un tiempo récord, nunca estuve tanto tiempo con alguien seriamente (en la escuela sí, pero eso es otro cantar). Nos fuimos para afuera el fin de semana, y justo llegamos a Montevideo a eso de las 12 y media, después de un viaje de 6 horas. Veníamos durmiendo, yo me desperté antes que él, marcaban las 12 de la noche la hora del reloj del bondi, y decidí no despertarlo para desearle un feliz mesario.

Llegamos a Tres Cruces, le dije Feliz mesario cuando logré despertarlo (me decía “Me quedo a dormir en el bondi, dejame acá”), mi vieja nos pasó a buscar, y nos fuimos para casa. Cenamos contándole a mi madre el fin de semana, y él me dijo antes de irse a su casa que ayer nos íbamos a ver de noche, cuando él saliera del taller y yo de clases.

Hasta ahí todo bien.

Al otro día trabajé, fui a clases, salí y me fui a casa. Esperé y esperé y eran las 10 de la noche, y seguí esperando y esperando, hasta que me entré a poner nerviosa y a llamarlo por el celular. Desde las 10 hasta las 11 de la noche no me atendió el celular, sabía que había ido a trabajar, y me dijo que después se iba a ir al taller. Llamé a su socio y me dijo que no lo había visto en todo el día en el taller, que nunca había ido.

Ahí empecé a pensar en un millón de cosas, desde que se fue para la casa a dormir, que le habían robado el celular, que lo habían matado y tirado en una cantera.

Voy a discurrir en otro paréntesis para decir esto: Soy tarada, siempre fui tarada.

Siempre pensé que lo que decían los demás estaba bien, estaba bien en el mundo de ellos y lo empecé a incorporaren el mío. Como que siempre que me dijeron “Voy a cambiar” lo creí, siempre que me dijeron “Está todo bien” lo creí, siempre que me dijeron “no va a volver a pasar” también lo creí, y después me llevé hartas decepciones en mi vida.

Por creer en la naturaleza e las personas también me hice de muy buenos amigos, eso puedo decirlo, pero me he llevado muchas decepciones en mi vida por ser ingenua, y eso también lo tengo en cuenta. Como por ejemplo, cuando uno de mis ex me hizo creer que me amaba para sólo acostarse conmigo y lo hizo durante muchos años de corrido, con idas y venidas, y nunca me había sentido tan tarada en mi vida, pero caía en mi mismo error una y otra vez.

Yo, la que siempre dije que aprendía de mis errores.

En fin, como venía diciendo, lo hacía muerto en una cantera, preso por matar a un plancha, en fin, un millón de cosas. Eran las 11 de la noche, y no encontraba un puto informativo de última hora en la televisión que me dijera dónde estaba mi novio, la única mierda que lograba encontrar era Tinelli con su embolante Showmatch, y la supuesta diva televisiva de Susana Giménez.

Me dije a mí misma “Calmáte, hacé algo últil, y mandale un mensaje a la madre”. Le mandé un mensaje a mi suegra, y me respondió mi novio que estaba durmiendo y que hablábamos al día siguiente. Enojada como un talibán, me fui a dormir con terrible bronca, hasta el punto en que me empecé a sentir mal del estómago y a dormir muy mal.

Hoy me desperté con un mensaje que decía que no sabía qué era lo que le había pasado, pero que cuando se me fuera la calentura hablábamos.

Tercera discursión: No sólo soy terrible calentona, sino que además soy hartamente rencorosa. Estuve casi todo el día sintiéndome mal, no fui a clase por la calentura, hasta que llegó mi mejor amiga a casa, y nos pusimos a hablar de cualquier pavada. Preferí escucharla a ella que contarle lo que me pasaba para no largarme a llorar. Y me funcionó como distracción hasta que ella se fue, y llegó mi novio.

Vino con cara de perro mojado, le dije todo lo que sentía, lo que me había preocupado, me pidió perdón pero entre risas, intentando alejarme de mi calentura. Y cosa que odio es que no me dejen expresar mis sentimientos. Ojo, tengo bien claro que para un hombre es difícil manejar los sentimientos de una mujer, ergo, él no quería que estuviera triste, no le gusta verme triste.

Lo que me decía es que cuándo íbamos a hacer el amor. Así de simple. En lo único que se le cruzó por la cabeza fue el bendito sexo. Y todo bien, nada mejor que un hombre que te desee, pero ¿vuelvo a caer en el mismo error?. Lo siento muy adentro, siento que no es el mismo hombre del que me enamoré porque en sí cambiamos los dos, estamos cambiados, tenemos planes a futuro juntos, y eso me gusta mucho.

Pero ante mi preocupación, él se rió. Y le pedí que me dijera que iba a hacer un esfuerzo para no preocuparme más, y me respondió que si era lo que me haría sentir bien, que me lo prometía, pero que no me podía garantizar nada en el futuro. De alguna manera tiene razón, no me puede garantizar qué va a pasar de acá a 5 o 10 años, pero por lo menos que me diga que va a hacer un esfuerzo.

No podía parar de llorar, no podía parar de sentirme engañada una y otra vez, como mi maldito ex, que me vendía la luna y yo le creía como la más ingenua.

Cuarta y última discursión: Tengo como una maldición de que me aburro fácilmente de las cosas y de las personas, en el momento en que me deja de interesar algo, o que ya no tengo tanta afinidad con alguien, empiezo a buscarle un reemplazo.

Y no quiero, quiero que éste me dure, siento que es muy bueno como para dejarlo ir y que seguramente no vaya a conseguir a alguien mejor en el resto de mi vida. Entonces ¿por qué me siento así? ¿por qué siento que otra vez vuelvo a caer en mi error?.

Estoy siendo demasiado cruel, él no se merece ésto. Definitivamente no se lo merece, porque se de todo corazón que él es bueno. Es simplemente bueno, y yo según él lo soy, pero nunca me sentí una persona buena, siempre sentí que soy la primera en arruinar las cosas, que no soy merecedora de un hombre así. Y me queda como una amargura en el corazón, una amargura de no saber si me está engañando para conseguir sexo.

Al principio dije que me siento engañada parcialmente. Eso es porque no siento que me haya engañado del todo ni que haya jugado con mis sentimientos. Pienso y siento que me ama verdaderamente, que me quiere, y que si lo correspondo aunque sea un poquito, me va a cuidar toda la vida, me hace sentir segura como nadie, y que es sincero en su actuar, pensar y decir.

No creo que lo haga por gusto, pero sigo con ese dejo amargo en el corazón. Revivo cosas que no quiero revivir, y seguramente esté interpretando mal. ¿Seré tan ingenua, o será de verdad?. El mal que he pasado en mi vida hace que ya no sea lo mismo amar, o que no pueda amar con tanta intensidad sin pensar que me van a hacer mal.

Quiero creer.

07 agosto 2009

Del arte, la naturaleza, y el ser humano

El otro día un profesor nuevo que tengo éste semestre, empezó a hablar de la vinculación de la naturaleza con el ser humano. Dijo que en el romanticismo alemán, bajo el "Sturm und Drang" se vinculó la pasión del hombre, los sentimientos de las nuevas clases, con la naturaleza.

Todo empezó con el Código Haas, cuando en el cine alemán hubo una gran censura, y, por ejemplo, dos personas que no estuvieran casadas no podían aparecer en una cama (o sea que le tenían que demostrar al público que estaban casadas), o la víctima y el victimario no podían aparecer en la misma escena, entre otras cosas. Ésto obligó a los cineastas a crear el cine indirecto, o sea, mostrar, cuando una pareja va a hacer el amor, unas olas rompiéndose contra los peñascos (fíjense si no están hartos de esa escena).

También implicó la vinculación de ciertas palabras que por lo general están relacionadas al hombre, con la naturaleza: tal es el caso del nacer o morir, y cuando se lo vincula al sol o a la noche.

Todo esto recalca que las palabras son solo símbolos de expresión de la lengua, que todo se vincula, y que no sólo el arte se crea a partir de la vida humana, sino que también pasa que la vida humana se contagia del arte. Es como el caso de la fiebre Wertheriana, que hizo que Goethe odiara el Sturm und Drang, porque "Werther" provocó la tal ola de suicidios (además de una moda espantosa de chalecos amarillos).

Como creo en la sincronicidad de las cosas, justo el otro día estaba viendo el remake de FullMetal Alchemist, o sea "FullMetal Alchemist Brotherhood", que se trata de dos hermanos que se dedican a la alquimia, y que, a pesar de saber que lo que van a hacer está prohibido, intentan revivir igual a su madre. En todo el proceso, pierden su cuerpo (por la ley del intercambio equivalente), pero en uno de los primeros capítulos van a ver a su Sensei alquimista, y los manda pa una isla desierta, en donde tienen que aprender qué significa "Todos para uno, uno para todos".

Suena muy a lo D'Artagnan, pero a ésta conclusión, después de un mes, es a la que llega el protagonista:

"La hormiga come hojitas para sobrevivir, pero si yo la mato, ella muere, y vuelve al pasto. Lo mismo el oso hormiguero que se alimenta de la hormiga, o del zorro que se alimenta del oso hormiguero. La hormiga es una parte muy pequeña del universo, pero de esa parte es un todo, puesto que sin ella no sobrevive ni el oso hormiguero, ni el zorro. Lo mismo que si yo me alimento del zorro, puesto que si yo no me alimento del zorro muero, y la hormiga se alimentará de mi cuando me convierta en pasto. Por lo tanto, todos somos uno, y uno somos todo".

Es lo que creo yo que ocurre en el universo, que existe un flujo, y que ese flujo no se puede detener, ni se puede contrariar.

Así como la teoría del caos explica que si una mariposa aletea en Brasil, un tornado ocurrirá en Japón, es porque todo está conectado en este mundo, y de cierta forma existe un equilibrio entre todas las cosas. Lo mismo ocurre con las relaciones humanas: De mí depende salvar un parcial, pero tal vez me ayude que mi profesor esté de buen humor, porque el Índice de Precios al Consumo subió y sus ahorros están por las nubes, y éste índice sube por una política económica que impuso un señor o una señora que nada tiene que ver conmigo, o que tal vez cuando yo esté haciendo un trámite lo o la trate medio mal, y por eso sube el índice (más otro tipo de factores y variables que de alguna manera no tienen que ver conmigo).

Todos somos una parte del universo, y cómo actuemos en esa parte influenciará al todo.

Por eso creo que también se da la sincronía de las cosas, que ciertas cosas te pasen en un momento y un lugar determinado y no otro, porque no creo en las casualidades, pero sí en la sincronía. Sabio refrán el que dice "No hay mal que por bien no venga", porque es en ese cierto equilibrio del Universo que se les escapa a todos los mortales (me incluyo), que las cosas pasan.

Alguno me puede preguntar: "¿Crees en Dios?", y yo no puedo decir que sí, porque en este esquema del Universo no hay lugar para una entidad tan omnipotente ni omnisapiente, creer en Dios para mí es negar lo Nietzschista del ser humano y el superhumano, descansarse en Superman por las cosas que le pasan a uno.

Creo en la acción y no acción del ser humano, creo en la capacidad de hacer y de obrar que tiene cada uno, y creo que si uno aporta su granito de arena, influenciará en la vida de todos los demás, así nunca hayan leído esto.

Pero como las palabras son símbolos de lo que uno quiere decir, cada uno interpretará estos símbolos como a uno le parezca y lo sienta. Después de todo, cuando un autor elige ciertas palabras, son aquellas que reflejan más fidedignamente lo que uno piensa, y sin embargo pueden ser interpretadas de otra manera por otra persona.

30 julio 2009

Fumada lenta

Uno puede pensar que quienes fuman en pipa son los marineros y los historiadores y no es así. Lo sé porque pertenezco al Club de Pipafumadores del Uruguay (CPU para los amigos) y mi novio salió de allí. Les puedo garantizar que no es ni marinero, ni historiador.

En Buenos Aires, a finales de noviembre, se va a desarrollar el octavo Torneo de Fumada Lenta y es sumamente interesante, sobre todo para el que nunca fue a uno (eso sí, tiene que tolerar el humo de la pipa). Es un torneo donde se juntan más de 50 personas (por lo general compiten 50) a competir, sí, pero más que nada a charlar, a reencontrarse con viejos amigos, a entablar nuevas amistades y a compartir conocimientos sobre el arte de fumar en pipa, además, de los ovnis, los accidentes aéreos, la comida y otras yerbas.

Por primera vez voy a hacer algo que nunca había hecho en mi vida y es viajar con una pareja. Es interesante, en estos dos últimos años estuve haciendo cosas más innovadoras de lo que he hecho en toda mi vida. Sé que me va a encantar compartir un viaje y un torneo con él. Estoy muy contenta.

09 julio 2009

De caballerosidad y compañerismo

No sé el resto de las mujeres, pero con las sucesivas parejas que tenido hay una cosa que entendí por mí misma: más vale hombre compañero que caballero.

Lo he visto con otras mujeres, les regalan de todo, pero no son felices. Lo digo porque lo vivo en mi casa, cada vez que aparece un electrodoméstico nuevo en casa, es porque mi madre se reconcilió con su pareja.
Ella siempre se queja de que no tiene un compañero (digo, hace como 11 años que están juntos esos dos, pero siguen con los mismos problemas).

Y yo con mis sucesivas parejas, he recibido de todo, desde osos de peluche y flores, pero nada como lo que he obtenido con el hombre que tengo a mí lado.

¿De qué me sirven los bombones, si no puedo confiar en quien tengo a mi lado? Por suerte, éste no me regalará la mar en coche, ni me tirará una capa arriba de un charco para que pase, pero está ahí, siempre está ahí cuando lo necesito y cuando no.

Eso de alguna manera me reconforta sobremanera: que él se levante para que yo no me duerma y vaya a clases, que me pase a buscar a mi casa a las ocho de la mañana para que yo pueda ir, que me mande un mensaje una tarde al azar diciéndome que me ama sin esperar nada a cambio, que me acompañe a visitar a mi familia, que me mime cuando estoy triste, que me prenda la estufa cuando tengo frío, que me calme cuando estoy enojada, que sea bueno.

Yo no sé ustedes, pero para mí los pequeños gestos están mejor avaluados que un ramo de flores.

¿Ustedes que piensan?

19 mayo 2009

Sensación térmica - Consejos prácticos

El otro día, más precisamente el 15 de mayo, me robaron en la mitad de 18 de Julio y Magallanes, al mediodía. Se llevaron mi celular de la mochila, y por suerte no pasó a mayores.

Igualmente estaba por cambiarlo, ya no le servía el sonido, y la batería duraba dos horas, pero igualmente era MI celular, y no el de cualquier otro ladrón, sino mío. Eso te da una frustración horrible, así que ni bien me di cuenta, lo bloqueé por todos lados.

*Nota importante: Para bloquear completamente un celular, hay que discar *#06# ,eso les va a dar el número de IMEI (es como la cédula del celular) y anotarlo. Si les llegan a robar, ustedes bloquean la línea, y además el teléfono con ese numerito, así que más vale tenerlo anotado.

De cualquier manera fui a denunciarlo a la policía (a esta altura por puro deporte, y para que la policía labure aunque sea llenando papeles). A otra chiquilina le habían apuntado un cuchillo, le robaron el celular, y lo peor es que le hicieron sacar el chip.

Ustedes dirán "Bueno, por lo menos le dejaron los contactos". ¿Saben qué? Si te roban el teléfono y no el chip, no se puede bloquear el celular por IMEI. Así que cualquier cosa dicen que también se lo afanaron, y al ladrón le regalan un pisapapeles que lo tiene que vender en pedacitos.

Daisy, sensación térmica mis polainas: mataron a dos botijas, se golpean en los liceos, los tacheros se roban entre sí, a dos gurisas les roban el celular a plena luz del día y a un amigo mío casi lo matan a golpes.

20 abril 2009

La potencialidad de las cosas

Yo soy una potencial abogada, pero cada persona, incluída yo misma, es una potencial criminal. ¿A qué me refiero con ésto? Todos tenemos la potencialidad de ser algo en mayor o menor medida.

Mi hermano de 4 años es un potencial "ladilla", porque va presentando todos los signos. Sin embargo, no es un potencial peleador, porque le faltan determinadas características.

¿Qué hace que una persona perfile una u otra potencialidad?. Cuando alguien demuestra cierto potencial, ¿está determinado fatalíticamente a cumplirlo?

Había un médico que intentaba detectar la criminalidad mediante la utilización del método científico (creo que era Lombroso) y catalogaba a violadores, asesinos y ladrones según si tenían orejas grandes, cabello lacio o rizado, por la caligrafía que utilizaba o por el tamaño de sus pies.

Y eso era una forma de discriminar a las personas sin que ni siquiera hubieran actuado, tal y como en "The Minority report".

¿Qué tan definidos estamos por la potencialidad de ser/hacer algo?

09 marzo 2009

Sensibilidad rotativa

Cómo me calienta.

Porque lo que más me calienta no es que me planteen un problema, o siquiera que lo hablen y descarguen conmigo, yo pida perdón y asunto solucionado.

No.

Me recontra, hiper, super, maxi, uber calienta cuando alguien tiene un problema conmigo y utiliza a un tercero para hacérmelo saber. Odio a los recontra malditos me-creo-justiciero-y-dueño-de-la-verdad terceros interpuestos. ¿Y saben por qué odio a éste tipo determinado de gente? Porque jamás de los jamases son imparciales, siempre tienden a escuchar sólo una versión de las cosas.

Entiendo que tengo un estilo, una forma de ser medio frontal, y que tiendo a herir susceptibilidades. No soy la persona más delicada del mundo, y creo que cuando quiero decir algo, lo dejo muy claro. He ahí mi cuota de culpa.

Ahora, que yo hiera a gusto, a troche y moche a las personas, es algo que no solo me parece incorrecto, sino que además es dicho con saña, porque no me gusta herir a las personas, y las cosas que hago no las hago por maldad. Tal vez peco de arrogante y poco humilde, pero de mala no. De eso estoy segura.

Y que un tercero venga a decirme “Estuviste muy mal con fulanito”, que pongan en mi boca cosas que yo no dije, y que encima sea la mala de la película (porque me dejaron ver que soy un monstruo, el del Lago Ness tiembla cuando me ve).

Odio estas situaciones. Me ponen mal.

Creo ser una persona lo bastante razonable como para que si alguien tiene un problema conmigo, me lo diga, y lo hablamos, se resuelve, si hay que pedir disculpas se pide, y listo.

Mierda.

Disclaimer

Éste blog no se hace responsable de nada, es un blog personal, y todos los derechos, palabras, y frases cuasi originales se encuentran reservadas para la autora.

Quien dude de ésto se las verá con la ley.
 

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